La ubicación es buena y la ambientación también, el principal problema es la falta de mantenimiento, los sillones están rotos (sus tapizados), las mesas descascaradas y arruinadas. En cuanto a los tragos, son muy ricos y tienen una variedad aceptable. La carta de comidas es muy escueta. NO pidan cazuelas, las mismas son incomibles, claramente no es su fuerte la cocina. Ni hablar del pan el cual de fresco no tiene nada.