Se come muy bien y la atención es muy buena. Primero te sirven la entrada que consta de fiambres y pan casero. Luego te sirven ravioles caseros riquísimos! Y más tarde carne con papas. Es muy abundante la comida. Muy rico todo. Y el lugar es ideal para descansar entre aires de campo. Lo recomiendo. Pero no me arriesgaria a ir sin reserva ya que siempre está lleno.
Bonito lugar.
la comida, la atención, la hija del propietario un cierto queer, un desleal deseo de dar una silla por ser el dueño, un niño rudo! y el manguito de comida, un desastre, aprender a cocinar y no ser halagado!